Para muchos neurocirujanos, el eliminar el vello del cuero cabelludo de sus pacientes antes de la cirugía es una práctica común y adecuada ya que se afirma reduce el riesgo de infecciones postoperatorias de la herida quirúrgica, y facilita la planificación, fijación de los bordes de la herida y la cicatrización.

Sin embargo, en una gran proporción, los pacientes temen a este procedimiento por las consecuencias estéticas que esto aporta. Por ello, se realizó una investigación literaria al respecto en los Departamentos de neurocirugía de los centros Médico Universitario de Utrecht, así como en el Centro Médico Universitario de Leiden en Holanda. Este estudio intentó esclarecer cuales son los riesgos y beneficios de la realización de este procedimiento previo a la intervención quirúrgica y de esta forma brindar una guía de la mejor opción a seguir. Este estudio de revisión fue publicado en la revista Journal of Neurosurgery del mes de octubre de 2011.

Se revisó sistemáticamente la literatura sobre infecciones de la herida después de las diferentes estrategias de afeitado (Tricotomía). Los datos sobre el tipo de cirugía, infecciones quirúrgicas, la política de rasurado preoperatorio, los protocolos de descontaminación, y los protocolos de antibióticos perioperatorios fueron recolectados.

La búsqueda detectó 21 estudios en los que participaron  11,071 pacientes,  que fueron adecuados para escrutinio de sus resultados.

Ninguno de estos documentos proporcionaron evidencia de que el rasurado preoperatorio disminuyera la incidencia de infecciones postoperatorias en la herida. Y por su parte se encontraron algunos datos de que el rasurado del cuero cabelludo con rastrillo y/o rasuradora mecánica elimina capas superficiales de  piel que podrían prevenir la infección de herida quirúrgica superficial, esto sin evidencia explicita.  Los autores concluyen que no hay evidencia para apoyar la realización rutinaria de la eliminación del vello en neurocirugía. Sin embargo, también se especifica que al ser sólo una revisión literaria, por la heterogeneidad de los datos, es necesario realizar estudios clínicos encaminados a asegurar los datos recabados y así  proporcionar evidencia clara y contundente para establecer recomendaciones en el rasurado preoperatorio.

Desde nuestro punto de vista y experiencia, la realización del rasurado ha sido más que todo,  para facilitar tanto el aseo, incisión, plastia de herida, fijación de apósitos así como eliminar las posibilidades de introducción de elementos orgánicos (cabello) en el campo quirúrgico durante cirugías prolongadas.

Por su parte cabe señalar que es dependiente del tipo de cabello y cantidad del mismo, ya que no es equivalente manejar  un paciente con cabello largo y lacio, que uno con cabello rizado y corto, pues la maniobrabilidad del cabello en ciertas ocasiones no es posible ni con apósitos quirúrgicos ni con geles o cremas. Por su parte la magnitud de la lesión también dicta la necesidad de dejar drenajes cerrados y requerir de vendajes craneales, para lo cual será mucho más difícil el mantener un cuero cabelludo con cabello largo, que uno sin cabello. Como último dato a tomar en cuenta, es el retiro de puntos, el cual será mucho más sencillo en un cabello rasurado que en uno con cabello largo por la dificultad de encontrar los puntos (y si el material de sutura es de color parecido al cabello, será una tarea artesanal y laboriosa…).

No creemos que la infección sea una parte importante en la ecuación final de tomar en cuenta el afeitado del cuero cabelludo, ya que un adecuado aseo pre y post quirúrgico así como post operatorio por parte del personal de enfermería y paciente suele ser suficiente para eliminar la mayoría de las posibilidades de infección de herida quirúrgica. Sin embargo las dificultades técnicas que pueda presentar el cirujano y sobre todo la percepción psicológica del paciente de la cirugía y sus secuelas estéticas a corto plazo, pensamos serán los factores de la ecuación final que nos llevará a tomar la decisión en conjunto de la realización, magnitud y características del afeitado en el procedimiento neuroquirúrgico.

Para mayor información:  http://thejns.org/doi/full/10.3171/2011.5.JNS102003